3 de noviembre de 2010

CERCAVILA DE LA RECONQUESTA, VALL D'UIXÓ. Participación de la A.C. Cavallers d'Urrea i dames d'Alcalatén.




   Invitados por el gran maestre de la a.c. dames i cavallers de Uixó, acudimos el día previsto 9 de octubre, hasta el lugar indicado para tomar parte en el Cercavila de la Reconquesta, con el cual se conmemora el Día de la Comunidad Valenciana y en él  la entrada a la ciudad de Valencia del rey Jaime I en el año 1238. 
A pesar de la fecha el calor fue sofocante lo cual no quito un ápice de vistosidad al evento.  Lo pasamos realmente bien y nos trataron estupendamente.
   Aquí os ponemos unos enlaces que hacen referencia al tema.









El porque de la compañia de la mascota.

    En ocasiones nos acompaña un can de raza Bobtail, del inglés "bob" cola cortada y "tail" cola, su verdadero nombre es "Old English Sheepdog", o sea, "Perro ganadero ancestral inglés", el Bobtail es traído por los romanos,  provablemente de Europa Central.  Con su acompañamiento queremos representar al perro que probablemente poseía el noble Ximen d'Urrea. Parece estar constatado que en el medievo muchos eran los caballeros que eran enterrados con sus pertenencias, entre ellas su perro, que aparece representado en multitud de esculturas sobre sus tumbas. Podéis pinchar sobre este enlace que nos ha parecido interesantisimo y nos ha aportado mucha información.


    A este guardián ancestral de rebaños, se le cortaba la cola y de esta manera se les llamó popularmente "Bobtailied Dogs", es decir, perros de cola cortada. Fue alrededor del  siglo XIV cuando se promulgó una ley que dejaba exentos de tasas a todo aquel animal que estuviese destinado al trabajo, tanto fuera perro, caballo u otros que mantuviesen su cola cortada.  Los perros de largas colas eran considerados de lujo y sus propietarios debían pagar un impuesto especial por ellos. ¡Así que el Bobtail se quedó sin rabo para despistar a Hacienda!
    Algunos nobles y gente adinerada cortaban la cola a sus perros de caza únicamente por el hecho de ahorrarse unos peniques. Esto motivó que se promulgase una nueva ley en 1776 que permitía que los perros de trabajo conservaran su apéndice caudal. Esta ley fue revisada una vez más en 1878 y ya dejaba por entendido que no hacía falta cortar la cola.








No hay comentarios:

Publicar un comentario