13 de diciembre de 2012
AL-QÜRA O RECREAR LA HISTORIA
Durante mucho tiempo, quizás
demasiado, en nuestra ciudad las fechas de su historia se han ceñido a momentos
muy puntuales, y todo el peso del estudio y su divulgación, se ceñía al siglo
XVIII y en concreto a su bella cerámica. Las demás historias han sido
observadas y relatadas a vista de pájaro, con cierta lejanía y escasa
profundidad por las causas que fueren. Por ello, cuando volvemos la vista atrás
casi ochocientos años, un elemento sorpresa brota entre nosotros al maravillarnos
de la riqueza de matices, que el siglo XIII es capaz de darnos, muy lejana la
oscurantista y esotérica visión, cuya realidad tanto han contaminado, leyendas,
cine y autores de medio pelo, con más complejos que menos.
Porque fue en el sitio de la ciudad
de Burriana, un verano de 1233 cuando las tropas cristianas al mando del bravo
aragonés, Pedro Ximénez de Urrea se adentraron por las tierras del Alcalatén
para conquistar la Puebla de la Alcora y anexionarlas al futuro reino de
Valencia por el que tanto luchó, ese bravo rey que medía un palmo más que el
guerrero más alto, y al que todos conocemos como Jaime I. Mi pueblo ha sido
poco dado a la literatura y a su historiografía, escasos eruditos han dado
pinceladas sobre él muy someras y puntuales, mientras todo su entorno nos habla
a gritos de múltiples hechos acontecidos en el devenir humano. (poblados
íberos, termas romanas, arquitectura árabe, medieval, el francés, guerras
carlistas, la civil, etc…) Uno piensa que somos parte del paisaje y de la
idiosincrasia nativa, esa que escribe en piedra aquello tan nuestro de: “O una
gran seca, o una gran banyá”.
Agriculturas de subsistencia y de
sol a sol, no dejan tiempo para ilustrarse y mucho menos para indagar
acontecimientos pasados. Una potente industria y buen nivel económico, crean un
monocultivo que relaja y despreocupa de esos menesteres de dejar hablar a las
piedras. Además los archivos oficiales han sido incendiados y saqueados
reiteradamente, en esa cíclica y tan hispana manía de acabar con cualquier
atisbo y paga y señal, de los antecesores en el cargo del mando en plaza. Así
que visto lo visto, y al día de hoy, puede decirse sin recato que vivimos un
renacimiento de los asuntos históricos, lo que nos hace más llevadera esta
endiablada situación que soportamos. Hoy tenemos gentes que se preocupan de
autentificarnos en la historia local, bien desde el Museo de la Cerámica, desde
las instituciones locales, o del cronista oficial Jose M. Puchol, que anda a la
brega con archivos y documentos, en su ímproba labor de documentar todo lo que
se mueva y ha movido, por estos pagos
AL-QÜRA, es la vuelta al medievo
en tiempos de reconquista. No se trata del típico mercado medieval al uso tan
en boga, y que muchos pueblos asimilan como jornadas de revitalización de la
vida social y comercial, que también. Se trata de recordar un hito histórico de
primer orden para nuestra comarca, y por ende, de nuestra tierra valenciana.
Porque uno tras otro hasta Valencia, Alicante y Murcia, las plazas musulmanas
fueron cayendo a manos de las tropas del Rey Conquistador. En Alicante se
festeja con el barroquismo y voluptuosidad de les filaes y las entradas
mora y cristiana. Aquí se busca la máxima fidelidad a esa época en cuanto al
vestuario, comidas, músicas, armamento, lenguaje y hechos de armas.
Recreacionistas de toda España se darán
cita por el casco antiguo de la población, gentes que han hecho de su afición
una forma de vida. Cambiar de siglo y de hábitos con la mayor naturalidad y
mostrar al gran público, una parte esencial de la historia de nuestros pueblos.
Casi, casi lo más parecido a la realidad. Pongo por caso en la vestimenta de
las piezas íntimas o calzado, se ciñen escrupulosamente a la muestra de
originales recuperados de restos arqueológicos encontrados y documentados, en
el famoso libro de cabecera del buen recreacionista, “La España del siglo XIII”
Leída en imágenes de Gonzalo Menéndez Pidal.
Es una singular mezcla de
historia, cultura, mercantilismo y diversión. Es un espectáculo en si mismo, al
margen de las muchas actividades paralelas que se realizan. Es poner en valor
nuestro maltrecho casco viejo para llenarlo de vida y de gentes, de luz, de
olores y de colores. El año pasado resultó una grata sorpresa para muchos, este
año dará mucho más de sí, pues se ha sembrado por los similares acontecimientos
celebrados en el suelo patrio. Me preguntaba un amigo mío hace poco, de qué iba
la cosa. Y le contesté, imagínate un gran plató de cine en el que se está
filmando una película de temas medievales. Por allí pululan actores, extras,
atrezzo, mercaderes, damas, guerreros, rapaces, bestias, etc… todo en un cierto
desorden controlado.Y de vez en cuando el director grita: “ACCIÓN” Y todo se ordena y se pone en marcha, todo se
encadena con un elaborado guión y una historia que contar. Pues más o menos así
es esto. Cada uno sabe su papel a desarrollar, es fantástico y misterioso al
mismo tiempo, porque no sabes nunca si a quien tienes en frente, es la persona
o el personaje cuando te cruzas con ella y la ves llegar.
En esta edición se ha trabajado
de valiente y la colaboración institucional ha sido importante. Ayuntamiento,
Diputación, Caja Rural etc…pero el alma mater del asunto, son unos pirados que
según algunos se disfrazan, bajo el nombre de Cavallers de Urrea i Dames de
Alcalatén, capaces de movilizar a la flor y nata del recreacionismo hispano y
parte del francés. Con esfuerzo y tesón, con simpatía y agrado. Dejando espacio
para la improvisación temporal, pues ochocientos años nos separan del medievo
que aquí se representa. Y aunque parezca mentira hay mucha verdad. Verdad que
Yago y Lidia se casarán en la iglesia de la Asunción, de verdad y como mandan
los cánones. Verdad que el actor Jordi
Ballester, el de Senyor Rector de Canal 9, dará el pregón. De verdad que el grupo de folk-medieval aragonés LURTE, ofrecerá un concierto antológico por tierras valencianas. Verdad,
que los participantes habrán hecho kilómetros y montañas de esfuerzos para
acudir a la llamada. Verdad, que Alcora se convertirá en una gran
superproducción de Holliwood, por donde pasarán toda clase de gentes, con su
disfraz de época. Cada uno la suya, y por ende hasta la actual.
Y la última verdad, a nuestra
ciudad la moderna AL-QÜRA la del
siglo XXI, herida por el paro y la crisis,
le viene bien un acto como éste, de emoción, evasión y distracción,
donde uno puede ser quien desearía ser. O realmente fue, en otros y remotos
tiempos sin saberlo. Que con unión y pasión se consiguen cosas increíbles,
hasta lo imposible en una clara alusión a tanta frustración y desencanto. Dieu
le veut.
VICENT ALBARO
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